martes, 23 de noviembre de 2010

El ritual es la cosecha…

¿Cuál es el maestro que requieren las comunidades campesinas, para construir con ellos la escuela pertinente a sus realidades?
“Cuando uno entra en un viaje interior, uno abandona el mundo, renuncia a todo lo que obstaculiza el camino, renuncia a todo lo no esencial para poder buscar, descubrir lo esencial. Uno trata de quedar sin lastres para que el viaje se haga más fácil, porque el viaje, este viaje, es hacia lo alto, la mayor altura que existe, el pináculo mismo de las posibilidades humanas, el clímax mismo.”

A fuerza de estar todo el semestre hablando del campo y del campesino, hoy resulta este evento tal como el día de mercado. De laderas, por las vegas, de faldas de montañas bajan ellos apurados como el jibarito, cantando así por el camino, llenos de esperanzas porque la carga sea buena y bien paga. Ese ha sido su esfuerzo el traer la mejor fruta, el mejor alimento. Ese es el empeño de nuestros campesinos, los del minifundio, no los de la producción a escala; ellos, los que proveen la comida sana para el bienestar de todos. Es la preservación de la vida como espíritu que los habita en la preparación del terreno, la siembra, el cuidado de cada planta, el maravillarse en su florescencia y sonreír en la cosecha.

Así, cantando bajan la montaña y así llegamos aquí.

Desde la cosecha vamos a responder la pregunta arriba enunciada.

La cosecha…
- En los hallazgos…

Las demandas de las comunidades, que son lo local, hay que mirarlas en lo global. Éstas son determinantes a la hora de pensar la escuela, sus actores, sus procesos.

El trabajo por proyectos de aula resulta ser generador de encuentros y da la posibilidad de construir comunidad, como también para repensar procesos productivos locales. Su metodología se confirma como camino para crear conocimiento contrahegemónico, empoderarse sujetos colectivos y en diálogo hacen red y le apuestan a otro mundo posible.

El aula ambiental se convierte en referente para poblar nuestro hábitat natural, es decir que La Tierra toda lo sea.

Hoy, la imagen desplaza al libro.

El acto de enseñar debe ser un acto liberador, es decir, hay que ritualizar el aula, la escuela, la vida.

- En las preguntas…

¿Cómo hacer para que las comunidades en zonas petroleras recuperen el agua que han perdido por el impacto de la exploración?

¿Qué va a ser de las comunidades cuando no tengan el empleo que generan las petroleras?

¿Cómo hacer para que las comunidades, con el potencial de riqueza que poseen, encuentren la solución a sus demandas, y que está en sus manos?

¿Cómo hacer para que la restitución de las tierras productivas de los campesinos de la Cuenca del Río Las Ceibas, se dé en igual o mejor condición?

¿Cómo hacer para que la custodia de La Reserva Forestal de la Cuenca del Río de Las Ceibas sea concedida a los campesinos de la zona, cuando es esta parte de su ser?
¿Cómo hacer para que nuestro hábitat natural sea asumido como un aula ambiental?

¿Cuál es la apuesta de vida a desarrollar en nuestras prácticas pedagógicas?

¿Cómo convertirnos, los maestros, en creadores de símbolos?

La siembra y el abono… que es también cosecha.

“Mientras enseño continúo buscando, indagando. Enseño porque busco, porque indagué, porque indago y me indago. Investigo para comprobar, comprobando intervengo, interviniendo educo y me educo. Investigo para conocer lo que aún no conozco y comunicar o anunciar la novedad” (Paulo Freire_en Pedagogía de la Autonomía)

El encuentro acucioso con el acumulado de conocimiento sobre el contexto rural, la escuela y sus actores, fruto del estudio hecho por la Normal nos remitió a leer el contexto global, nacional, regional y local. El Convenio Ramsar y sus humedales, La Agenda 21 del Tratado de Río donde promueve el desarrollo sostenible, el Protocolo de Kioto para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, la Cumbre de Copenhague y el Cambio Climático nos confirmó las búsquedas en las que está empeñada nuestra institución.
Del campo colombiano fue preciso hacer un recorrido de sus procesos históricos; que mientras no se resuelva el conflicto de la tenencia de tierra no será posible superar la guerra interna que nos desangra por más de 50 años. Desplazamiento, importación a escala de alimentos, 8.1 millones de toneladas anuales, y sí la exportación de materias primas, y peor aún, las mejores tierras destinadas a megaproyectos agroindustriales y ganaderos, por tanto la crisis alimentaria es la realidad de hoy.

Que se siembre la esperanza en los limones de San Andrés de Busiraco, en los gualandayes y los cámbulos de Floragaita, que su aula ambiental crezca para toda la cuenca. Que los humedales, nacederos y sus aguas en San Francisco, Tamarindo, Peñas Blancas no sean más para hacer subir el petróleo, sino para reverdecer sus campos.

Con la curiosidad…, el asombro…, la fantasía, el juego que los lleva a explorar y todo es un hallazgo; desde los diálogos permanentes se convocan para reconocer, para cambiar esto y aquello, todo y todos para vivir todos mejor. Al asumirse el niño y la niña como sujetos investigadores es ganar en y con ellos personas, ambientalistas, demócratas, incluyentes. Acompañando sus tareas, resultan en las escuelas papás, mamás, líderes y demás pobladores entusiasmados ayudando a confirmar iniciativas que los reconoce, pero que también los interpela.

Y si la Imagen nos avasalla desde la avalancha mediática global, es ella y con ella desde donde ha de emerger la salida que invoque la conciencia de cambio. Polisémica, simbólica es en su esencia libertaria, metáfora de la vida que se hace luz porque surge del encuentro mismo para ser nueva forma y razón, objeto y sujeto. Tal como está el mundo, nuestro país, nuestra región, es la hora de emprender la tarea de producir símbolos que nos reconstituyan como persona, familia, región, nación y mundo. Para esto, el ritual se emprende como proceso permanente de liberación, espíritu que hace su aparición frente a eventos de conexión de sentido, de encuentros significativos, de tejido social sano.
 
La lucha desde lo simbólico implica desarrollar la capacidad de invención, de crítica, de creación . La alternativa será entonces la “politización que consiste en volver a dar significado a los símbolos que lo han perdido, y dar símbolo a los significados que no lo tienen.” (Foucoault)

El teatro es ya puesta en escena como estrategia pedagógica que acompaña los procesos de investigación en el aula; en él la danza, las plásticas, la música y la producción literaria en una canción, un relato, un poema y su guión. La producción escrita se hace cartilla para acompañar los procesos de aprendizaje que sistematizan el conocimiento que se construye con cada proyecto de aula; y la revista, artesanal en su impresión, que salta a la dimensión virtual desde los blogs que aparecen como espacio y voz desde lo local en el mundo global digital; los niños de las veredas y sus discursos. Bien lo dijo Paulo Freire, “en la era de la informática no podemos seguir parados, estancados en el discurso verbalista, sonoro, que hace el perfil del objeto para que sea aprendido por el alumno sin que haya sido aprehendido por él.”

El maestro investigador, el formulador de problemas, provocador de interrogantes, coordinador de equipos de trabajo, sistematizador de experiencias y facilitador de diálogos intergeneracionales . En esta línea han avanzado los procesos de formación vividos durante estos cuatro semestres de formación y el último como lo hemos relatado en correspondencia con la pregunta: ¿Cuál es el maestro que requieren las comunidades campesinas, para construir con ellos la escuela pertinente a sus realidades?

CITAS
1. La búsqueda. Los diez toros del Zen. Versión e introducción de Osho. osho_library@gruposyahoo.com
2. Barrero, Edgar. De Macondo a Mancuso. Conflicto, violencia política y guerra psicológica. Una aproximación desde la psicología social crítica. Segunda edición. Edición Cátedra Libre y Fundación América Nuestra, Bogotá, 2008.
3. Íbid.
4. Citado por Edgar Barrero en su obra citada. P.p. 104
5. Freire, Paulo. Pedagogía de la indignación. Editorial Morata, Madrid, 2006, p.p. 133
6. Barbero, Jesús Martín Barbero citado por William Fernando Torres en “Amarrar la burra de la cola”, Editorial Universidad Surcolombiana y Libros del Olmo, Neiva, 2001 y asumido en la Propuesta Curricular para la Formación de Maestros con Pertinencia Rural y Urbano-Marginal de la ENS de Neiva.

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